Yoshihiko Kitano

No es casual que la exposición de Yoshihiko Kitano (Osaka, Japón, 1960) lleve por título «Serie de colores tradicionales japoneses sobre lienzos cúbicos al óleo», porque todo el proceso creador de este artista descansa en la combinación de un tono emocional nostálgico con la problematización de la pintura y sus derivas escultóricas. En su obra Kitano, que expone por primera vez en España, aunque con anterioridad lo hizo en diferentes galerías de Osaka y Tokio, tiende un puente entre la pintura y la escultura, o borra la distinción entre una y otra, como propugnaba Donald Judd. «El espacio real tiene tres dimensiones -explica Judd- y así se pone fin al problema del ilusionismo y del espacio literal, del espacio de las marcas y colores, y del espacio que les rodea». El minimalismo trajo como consecuencia el fin de la pureza pictórica, y si bien no puede considerarse propiamente una ruptura, algunos de los síntomas apuntaban importantes cambios: el arte pasaba a mirarse el ombligo, reflexionando sobre sí mismo, y se consumaba un modelo formalista.

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